Al abogado y psicologo, Pablo Feighelstein (67), le falta un ojo. El cordobés no posee el ojo derecho, con lo que ingresar sus datos biométricos en la aplicación Mi Argentina se transformó en una odisea.
Sin embargo, Pablo logró burlar el reconocimiento facial biometrico, que realiza la aplicación para registrar los datos del usuario.
En este caso, la urgencia y necesidad para tramitar el certificado de circulacion, lo llevó a realizar una poco ortodoxa maniobra.
Pablo, que utiliza un parche a la altura de donde debería estar su ojo derecho, decidió colocar el recorte de un dibujo que simulaba ser el globo ocular: “Fui al cajón de casa donde los chicos guardan sus revistas y recorté el ojo de una caricatura de una revista Billiken. Lo pegué encima del parche y cuando puse la cara en la cámara para tomarme la foto, recién allí la aplicación me reconoció la cara y me permitió registrarme”, aseguró Pablo.
La experiencia de Pablo, invita a pensar en la falta de inclusión y soporte, de una aplicación gubernamental, vital para realizar distintos tipos de tramites. También la inusual vivencia, deja en evidencia, que la vulnerabilidad de la aplicación es inmensa.
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